Títeres corrientes, sin razón de conciencia
Imprudentes mal vivientes
Que pretenden vivir su vida
A la velocidad del desastre.
Estos que no valoran la vida
No quieren ni merecen ser queridos.
Los que inconformes ante su suerte
Se dejan manipular por lo aberrante
Y por la arrogancia indiscreta de lo vulgar.
Estos que por suciedad que corroen las calles
Son un ejemplo degradado de un ser inconsciente.
Estos malcriados inconformes
Son el orgullo de ser irresponsables.
Estos que ciegos o tuertos ante la corrupción
Conviven en lo más bajo de las depravaciones
Donde conservan la peste de su círculo.
Porque sordos y no mudos
Se quejan de los consejos
Y reclaman que no necesitan nada de nadie.
Esos que se sienten humillados
Los fastidiados por quienes les abrimos los ojos.
Esos inconscientes malagradecidos
No tienen nada que perder
Pues no lo merecen.
Quienes solo causan pérdidas y daños
No son más que una podredumbre
Que pretenden humillar y abusar
De los inocentes e indefensos.
Esos voluntarios a ser desperdicios humanos.
Estos que sin valor alguno
Son lamentablemente irrecuperables
Pues son menos que lo más bajo de lo repugnante.
Estos que hacen de este mundo un infirmo
Estos que les abren las puertas a la muerte.
--Jaime L. Taveras©